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El vello está de moda?


Dicen los cazadores de tendencias que la depilación ha pasado a la historia, aunque yo lo dudo, hace unos días esperando en la esteticista mi turno para pasar por la piedra de la depilación, encontré no solo a un numeroso grupo de mujeres esperando, sino al cada vez mayor número de hombres, dispuestos a dejarse quitar todos aquellos pelos no deseables de sus metrosexuales cuerpos, ya saben que estos sitios son propicios para la conversación, -así la espera no se hace tan larga-, durante la misma una de las presentes mostraba su admiración por los chicos que esperaban su turno, en mi opinión no han sido muy listos al someterse al suplicio más o menos quincenal de la depilación, el caso es que comenzamos a hablar del tema y por supuesto salió el ejemplo de mujeres que no se depilan y además dejan ver sus vellosidades a un público muy numeroso ya que se trata de famosas actrices de Hollywood, entre ellas Mo’Nique ( la actriz de recious que hacia el papel de madre de Gabourey Sidibe ) Julia Roberts, Jessica Alba, Drew Barrymore o la española Penélope Cruz, quienes parecen haberse sumado a esta nueva moda.

Resulta inolvidable el escándalo de grandes proporciones que organizo la actriz de Precious al presentarse con las piernas sin depilar o sea tal como la naturaleza se las ha dotado, la prensa ya se encargó de darle bombo y platillo a sus peludos miembros.

Las muestras de rechazo al respecto han sido sonoras, las de apoyo más bien silenciosas, aunque cada vez son más las estrellas que hacen caso omiso a los dictámenes de la moda, al deber de belleza impoluta que nos obliga a eliminar todo rastro de pelo no deseable en nuestro cuerpo. Para argumentar este nuevo estilo “natural” ellas afirman que si entre los hombres se ha impuesto la moda de llevar la barba de un día, cual es el problema para que las mujeres vayan sin depilar?

Pero la depilación no es algo nuevo, ni siquiera podemos decir que es producto de la industrialización o de tiempos modernos, no señor la historia de la depilación se remonta nada menos que a 35 siglos de historia, así que es momento de retroceder en el tiempo y conocer el origen de esta “tortura” que ya se ha vuelto compartida entre hombres y mujeres.

Mucho antes de que ellas y ellos sintiéramos el doloroso tirón, nuestros antepasados ya lo habían experimentado en su piel. Pocas veces nos detenemos a pensar en la trascendencia de este “invento”, tal vez porque nos resulta tan cotidiano que ya ni siquiera lo analizamos, no nos planteamos que pueda ser diferente.

El acto de depilar fue datado por vez primera en el Antiguo Egipto, hacia el año 1500 A.C. y documentado mediante el famoso papiro de Eber, un texto egipcio con preceptos sobre medicina y ocultismo. No resultan desconocidas para nadie las condiciones climáticas de las tierras del Nilo, de elevadas temperaturas y zonas cálidas, incluso en aquellos días en que los valles eran más frondosos y fluviales que hoy. En ese contexto, no es difícil imaginar la imperiosa necesidad de mantener la más estricta higiene para sus habitantes. Quizás por esta razón la civilización egipcia le dedicó un meticuloso cuidado a la imagen personal.

En este campo, la depilación al igual que el gusto por los ungüentos y aceites esenciales jugó un gran papel sobre todo para el género femenino. Imágenes de faraones practicando estas actividades halladas en frescos y mobiliario sacro -como es el caso de la decoración de tronos reales- y numerosos utensilios de pequeño tamaño utilizados para el aseo y el cuidado del cuerpo atestiguan esta afirmación.

Curiosamente, estos objetos encontrados en tumbas que recogen rasgos y costumbres de la vida cotidiana y otros, asociados con espacios de tipología religiosa, advierten de su carácter paralelamente ritual.

Si para algunos en esta civilización, el hecho de portar barba constituía un deber oficial, como le ocurrió a la reina Hatshepsut que para sentirse aceptada por su condición femenina por sus súbditos se vió obligada a hacer sus apariciones públicas como personaje barbado, erigiéndose en el primer caso de travestismo de la historia, para otros la eliminación completa del vello por medio de diferentes métodos de depilación se hizo un acto por más de un motivo necesario.

El ideal de belleza femenina encarnado en la mujer del faraón consistía en un cuerpo despojado por completo de vello, como ejemplo de pulcritud y pureza moral.

La utilización de la sangre de animales, conchas de tortugas como objeto cortante, gusanos y grasa de hipopótamos fueron algunos de los recursos más empleados. Pero sin lugar a dudas, el más relevante fue una sustancia similar a nuestra cera que podía obtenerse de dos formas: o bien, mediante una amalgama de azúcar, agua y limón conocida como cera de azúcar o, simplemente, mediante la combinación de aceite y miel.

La belleza en el mundo greco-romano
Mientras tanto, al otro lado del Mediterráneo en la Grecia Clásica donde el cuerpo humano era símbolo de proporción y armonía las técnicas de sus vecinos egipcios no tardaron en ser imitadas. El fin era conseguir un cuerpo bello y liso como lo eran las representaciones de las diosas, pero había algo que no se debía descuidar y que tenía un contenido simbólico: el valor añadido de la juventud y la inocencia de aspecto andrógino, rasgo predominante de esta cultura.

Poco les influyó a los antiguos griegos, afortunadamente, el gusto por el riesgo que supieron imprimir al cabello con aquellos colores vivos y efímeros, de los cuáles fueron maestros, o su temprana afición a las uñas de porcelana. Ante el acto de la depilación se comportaron de una forma mucho más convencional.

Roma, sin embargo, vivió la depilación con más fruición. Tal vez por su vocación licenciosa afirmada sobre todo en su período de ocio imperial y el relajamiento de costumbres. En este sentido, Domiciano se aplicó a fondo y puso especial interés en depilar completamente a toda mujer u hombre con el que mantuviera relaciones.

La afición del Imperio Romano por los asuntos de cosmética fue tal que emulando a Calígula, que solía disfrazarse de Afrodita maquillado como una libertina para salir de incógnito por las calles de Roma y ofrecerse a los mancebos, Popea, la mujer de Nerón pasó a la historia, entre otras razones, por su famosa mascarilla de pasta y leche de burra más conocida como 'mascarilla de Popea', aplicable sobre el cutis.

La depilación tuvo igual aceptación. Se le llegó a conferir tanta importancia a esta actividad que habían esclavos sólo especializados en ella. Se servían del philotrum, lo más parecido a nuestras cremas depilatorias, así como también de las volsellas, una especie de pinzas y cómo no, de la cera hecha a partir de resina o brea.

Según se ha podido constatar en las múltiples imágenes del Fayum, se veía con buenos ojos que en las mujeres el vello de las cejas se juntase sobre la nariz. En caso contrario, podían auxiliarse con huevos de hormigas y moscas secas para eliminarlo. Sin embargo, igual permisividad no se tuvo para otras partes del cuerpo.

Las termas romanas fueron testigo de este criterio. Al ser el lugar de reunión social en el que pasaban innumerables horas, el cuidado corporal no podía dejar de tener como colofón la aplicación de masajes, el uso de exfoliantes y la depilación en la que cada zona pilosa del cuerpo debía ser rigurosamente tratada: brazos, piernas, axilas, parte superior del labio e incluso, el interior de la nariz.

No es hasta el siglo XIV que se produce un fenómeno bien curioso: la depilación de las sienes con el famoso oropimente. Los altos tocados de las damas se vieron enaltecidos por la depilación de la frente y las cejas a base de arsénico y cal viva hervida en aceite proporcionada de forma clandestina por curanderos. En el supuesto de desear una depilación definitiva se podía optar por sangre de murciélago y en su defecto, cicuta.

El siglo XX: tecnología y depilación
El verdadero promotor de la depilación fueron los locos años '20. Las jóvenes parisinas y americanas en plena moda de las faldas cortas mostraron sus piernas, por ello se vieron en la necesidad de depilarlas con frecuencia. Los salones de belleza con depilación a la cera proliferaron por todo París desplazando a la incómoda maquinilla de afeitar. La predilección de esta técnica que arrancaba el vello de raíz y que retardaba su crecimiento en tres o cuatro semanas cuenta hoy en día con algunas modalidades: cera de frutas, cera fría, bandas de papel. Este tipo de depilación tiene aún hoy muchos defensores por ser el más económico y de más fácil aplicación sin efectos perjudiciales.

Las pioneras de los años '50 prestaron su cuerpo para los primeros intentos de depilación eléctrica que consistía en eliminar el vello mediante una corriente eléctrica que destruye las células responsables del desarrollo del folículo piloso. Se trata de un método seguro y eficaz, pero con resultados visibles a largo plazo y aconsejable para personas con vello claro y de pieles más oscuras a las que no les es efectivo otro método de depilación posterior.

La depilación por láser, por su parte, fue descubierta en la década de los '80 por un grupo de científicos americanos y se ha extendido ampliamente en los últimos diez años. Como consecuencia de los estudios para eliminar el vello mediante un haz de luz intensa que se concentra en el folículo e impide su nueva aparición, garantiza resultados duraderos.


La pasión por el bronceado, la actividad física, la alimentación y la vida sana forman parte de la filosofía de la calidad de vida que se perfila a comienzos del siglo XXI. En estos tiempos en que coexisten tradición y contemporaneidad se funden de modo pacífico lo novedoso y lo ancestral. Cuestiones económicas, físicas o de comodidad moldean nuestra carta de preferencias en la que la depilación por láser y la eléctrica conviven con la siempre socorrida cera, que nos saca de apuros desde hace más de 35 siglos.

Fuente: Isis del Cueto. Profesora de Historia de la Moda. Licenciada en Historia del Arte


Interesante a que sí? Pero sigamos con el tema hollywoodiense.

En la meca del cine la moda de no depilarse la han llamado "estilo europeo", o de latinas como Jessica Alba, que quedó inmortalizada en unas fotos con unos jeans tan bajos que dejaban ver unos tímidos vellos que ponían en duda su conocimiento de lo que es una depilación brasileña.

Sin embargo, desde la exhibición de piernas de Mo'Nique en la alfombra roja el tono de la discusión se ha elevado. La actriz dejó claro a la periodista Barbara Walters que lo suyo no fue un descuido. Ni un olvido. Tampoco confiaba que el vestido de noche le cubriera bien las piernas. Simplemente, aseguró, sus piernas son así y ella lo acepta.

Esta claro que cada uno elige la forma en que muestra su cuerpo, aqui también entran en juego los gustos personales, hay quien prefiere el cuerpo con vello natural otros prefieren no encontrar ni un pelo de mas, por otra parte los especialistas no se ponen de acuerdo, los médicos nos recuerdan que tener pelos en la entrepierna y en las axilas impide que la piel se irrite. Al mismo tiempo, enfría el cuerpo al ayudar a que la transpiración se evapore, por su parte los biólogos en sus estudios afirman que sirve como un medio para atraer a parejas genéticamente adecuadas al producir aromas particulares y los sicoanalistas comienzan a sospechar que tras el deseo de afeitarse el vello hay una aspiración de parecer inofensivos, inmaduros e infantiles, además de obtener una manera de no ahuyentar a potenciales parejas.

En fin para opiniones colores, al final de lo que se trata es de nuestra libertad, de no convertirnos en esclavos de un “deber” impuesto, de permitir que cada uno siga el camino que considera más adecuado o no?

1 comentario:

  1. MUY INTERESANTE, yo me depilo por necesidad y, porque me gusta la sensación de la ausencia de vello.Ahora,me da mucha pereza hacerlo. Por lo que en invierno, lo confieso,lo hago mucho menos aprovechando que la temperatura nos obliga a ir más tapados. Se une a esto que el uso de vaqueros se ha extendido tanto que valen para todas las horas del dia, excusa perfecta para alargar lo posible el uso de la cuchilla o la maquinilla eléctrica que son mis principales mecanismos de depilación.
    Valen también estas medias negras muy opacas, tan bonitas y comodas, y los leggins, otro truco perfecto.
    Ya ves que en invierno todo es más fácil para las que son como yo, unas vagas de mucho cuidado,peroooooooo ¡YA VIENE EL VERANO! HORRORRRRRRR!!!!! Otra vez al "depile"....pero, que bonita se ve la piel bien depilada. Así que "Quien no se consuela es porque no quiere".

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