Un momento histórico está a punto de ocurrir, la Infanta Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia,
comparece ante uno de los jueces mas polémicos y famosos de los ultimos
tiempos: el Juez Castro. Responsable de dilucidar que ha ocurrido con
los negocios de Iñaki Urdangarín.
Le sobra razón a Víctor Gordoa quien en su libro “El poder de la imagen pública” afirma que la primera impresión que obtienen los demás de nuestra persona es – indiscutiblemente – la más duradera, y que cambiar esa primera impresión es difícil, si no imposible.
En un momento como este, cabe preguntarse ¿ Que pasa por la cabeza de
una persona que va a enfrentarse a una situación delicada en la que
debe demostrar su inocencia? ¿Piensa en su imagen, en lo que se pondrá
ese día? a mi parecer sí. Se trata de un momento sumamente delicado,
donde cualquier señal externa será vista por miles de ojos espectantes –
300 periodistas acreditados de todo el mundo, e incluso hay quienes
hacen un reportaje especial como Televisa México- el vestuario, el
lenguaje corporal, todo es significativo.
Pero, ¿Cuál sería la imagen apropiada? hagamos un repaso de los
consejos que daríamos a la Infanta Cristina si fueramos sus asesores de
imagen:
Para empezar, el rostro, seguramente lleva semanas o quizás meses sin
dormir bien, tanta polémica, cada día despertándose con su imagen en
las portadas de los periódicos, no consigue precisamente un descanso
tranquilo. El estrés, la falta de sueño, la mala alimentación, tienen un
impacto sobre la piel de la cara, en especial sobre la de lo párpados, y
ese detalle es vital, pues lo que buscamos ese día es que tenga una
mirada directa, fresca, sincera, le recomendamos – y esperamos que lo
haya hecho- un cuidado especial sobre el rostro con una hidratante de
vitamina E y si es necesario una ampolla flash para la mañana del
sábado. El maquillaje, suave y cálido.
El cabello, parte notable de la imagen, que enmarca el rostro. Para que la Infanta Cristina tenga una imagen correcta ante el Juez Castro,
deberá dejar su rostro despejado, demostrando proximidad. Nada de
adornos superfluos ni frivolidades, lo que buscamos es dar la impresión
de madurez y buen juicio.
En cuanto a lenguaje corporal, le aconsejamos tener
una actitud de seguridad, pero no prepotente, lo que podrá conseguir
mediante una postura correcta de la espalda, brazos en los laterales del
cuerpo en actitud abierta, y al andar deberá conseguir una actitud
dinámica pero no excesivamente rápida.
Una de las reglas de la persuasión es que se debe
ser el centro de atención de quienes nos rodean – no tendrá que hacer
grandes esfuerzos-. Pero se debe llamar la atención por nuestra personalidad,
no por el vestuario. Para lo que es necesario evitar colores muy
llamativos o combinaciones con demasiado contraste y el color negro si
se decide por él debe emplearlo con extrema precaución.
Le sugerimos utilizar prendas de colores neutros gris, azul,camel,
colores serenos, que no crean distancia, sino compromiso,sensatez., lo
ideal es combinarlo con otro neutro o un color que le favorezca, como el
musgo claro o un salmón.
Para las formas de la ropa, lo recomendable es que elija un traje
chaqueta o una combinación de dos piezas, si es con falda, no deberá ser
corta, a la rodilla sería lo ideal, de líneas redondeadas para obtener
un aspecto de accesibilidad. Los zapatos de medio tacón y cómodos.
El objetivo final es conseguir una imagen serena, accesible pero
competente, el trabajo que tiene ante sí la Infanta Cristina es de
persuación pura y dura, pronto sabremos si ha sabido elegir las palabras
correctas, el mensaje correcto y la imagen correcta.
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