Tengo que empezar este post diciendo que por "desgracia" he sido de las afortunadas en vivir en directo la llegada de la Infanta Cristina a los juzgados de Palma de Mallorca, para declarar como imputada por el Caso Noos. No me cansaré de decir que este momento es histórico en la historia de España. Algo lamentable.
Una vez dicho esto, continuo con el post. Tan importante como lo que dirá la Infanta Cristina al Juez Castro, es la imagen y el lenguaje no verbal que ha ofrecido a su llegada, a los millones de ojos que la observabamos.
Desde la óptica de la comunicación y el lenguaje corporal, considero que fue muy correcta su actitud y formas, se ha comportado tal como debe comportarse una Infanta. Serena, segura y dominando la escena, aunque logicamente nerviosa. Como dicen algunos medios, es una mujer que no está acostumbrada a que le cuestionen lo que hace o deja de hacer, no obstante es una persona educada para superar cualquier situación por complicada que ésta sea con una sonrisa. Y con una sonrisa -algo excesiva para la ocasión- saludó a los periodistas que la esperaban, caminando de forma suave, a paso normal, con los brazos en el lateral del cuerpo, y un bolso en la mano - al que seguramente se aferraba para soportar la situación- acierto que el bolso no tuviese ningun logotipo conocido, una demostración de sobriedad.
En lo que se refiere al vestuario, ha pasado con nota baja. La elección sobre todo de la camisa, con ese cuello que no es nada favorecedor y nada recomendable, esa chaqueta de terciopelo negro, es casi,casi un suspenso. La talla de la chaqueta algo más grande de lo que debería, es otro detalle inapropiado en el look. Lo cierto todo hay que decirlo, es, que iba muy acorde con su estilo habitual, pero el look era demasiado rancio y anticuado.
Aunque esta "pasarela" mediática no requeria un exceso de modernidad y si sobriedad, elegancia, considero que entre una cosa y otra, podría haber conseguido un mejor equilibrio.
Le damos un aprobado a los colores, menos el de la blusa que debería haber sido algo más favorecedor para la calidez de su piel y su rubisima melena - mas que nunca, seguramente para darle luz a su rostro y que las miradas se centraran solo en eso-.
Nadie esta preparado para una situación como esta. Apruebo la decisión de bajar con el coche y evitar el circo de los insultos, cuanto menos tiempo a exposición externa mejor. Eso le habría aconsejado de ser su asesora de imagen.
No sabemos en este momento que le deparará a la Infanta Cristina, seguramente la Familia Real vivirá muchos cambios a lo largo de los próximos días y meses. Hoy, una Infanta de España acude a los juzgados como imputada. Tristes son los momentos que vivimos.
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