Después de muchos años de espera, la boda de la pareja hollygüdiense por excelencia se ha hecho una realidad. Angelina Jolie y Brad Pitt se han dado el sí quiero.
Las crónicas cuentan que el acontecimiento se celebró en familia, en su mansión francesa, rodeados solo de los amigos y familiares, lo que se dice una boda íntima.
Hasta aquí nada que decir, cada uno se casa como quiere. Poco a poco los detalles se van rebelando y por supuesto no podía faltar el vestido.
Aquí llega el drama. Angelina se decantó por un vestido de la casa Versace, pero que bajo mi punto de vista en absoluto lo parece. Ella que habitualmente luce espectacular en su matrimonio con Brad Pitt no ha acertado. No le favorece en nada ese vestido, me recuerda a esas series americanas tipo "Me pido ese vestido" donde jóvenes sureñas eligen el que se supone es el vestido de sus sueños y donde algunas salen "disfrazadas" de merengues, llenas de floripondios y tules, ideales para estar encima de la tarta de boda.
Para rematar el velo..... elaborado con los dibujos de sus hijos. Está claro que cada una elige su traje de boda ideal, según su inspiración, sueños, ideas, aspiraciones. Para evitar que ahora nos metamos con el diseño Angelina debía haber continuado con el silencio o lo que es lo mismo ocultando todo indicio de su boda, de esta forma se evitaba los comentarios, críticas etc.
Porque una vez que lanzas a internet imágenes y crónica estás a merced de todos los que escribimos en uno u otro sitio. Así que querida Angelina desde aquí, la próxima vez, esconde el vestido, mantén el silencio y se feliz.
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