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Causa y efecto de la muerte del pequeño comercio

Este post quizás sea algo melancólico, aunque ya os digo que en absoluto pretende serlo, más bien todo lo contrario. Quienes me siguen sabéis que todos los lunes me podéis oír en Onda Cero Radio, en el programa Mallorca en la Onda, cada semana hablamos de moda y todo lo que sucede alrededor de ella, por supuesto no podemos dejar de hablar del comercio y su mundo, que cada día es más complicado, sobre todo en cuanto al pequeño comercio se refiere, ese comercio de toda la vida que durante años fue el garante de la economía de las ciudades y que hoy parece una especie en peligro de extinción.

Como decía, en el programa de la semana pasada tuve oportunidad de entrevistar al dueño de Calzados Palou (ahora Neus Palou), un negocio que nació en los años 30, cuando la familia Palou se trasladó de su natal  Alaró a la gran ciudad para abrir un taller en la calle Joan Mestres de Palma; ahí se dedicaron a la fabricación de calzado para un único comprador y distribuidor: Calzados Minerva.

Pero los tiempos cambian y con ellos también los negocios, así la familia Palou abrió su primera tienda Calçats Palou ( hoy conocida como Neus Palou) en el año 1947 y con ella nuevos horizontes se abrieron ante ellos; como buenos artesanos al principio vendían el calzado que ellos mismos elaboraban, comenzaron ya entonces con la que en mi opinión es su mejor carta de presentación y de futuro: la especialización, por un lado fabricaban zapatos a medida y por otro solo vendían modelos para caballero. 

En boca de su ahora dueño Miquel Palou que representa la tercera generación que se dedica al negocio, su objetivo principal es ofrecer productos de calidad al mejor precio, por suerte continúan haciéndolo a pesar de que la competencia del zapato asiático es muy fuerte. Ellos hacen su trabajo muy bien y lo han hecho desde el principio, cuando ofrecían calzado comprando directamente en fábricas de Inca, Alaró, Consell y Lloseta, de manera que controlaban perfectamente la calidad del producto y reducían los costes con el consiguiente beneficio para sus clientes.

Este floreciente negocio creció durante los años 60 a los 80, hasta 5 tiendas llegaron a abrirse en la calle Sindicato,convirtiéndose en todo un referente en el calzado de la ciudad.

Y os preguntaréis, pero ¿que tiene o tenía de especial? pues lo primero como ya os decía que son especialistas en calzado de caballero, algo inusual en sector del comercio del calzado en Palma, actualmente continúa siendo la única tienda de toda la isla dedicada al zapato para los señores, tanto para vestir como para el sector profesional, lo segundo, la dedicación y trato que tienen con el cliente, que siempre regresa porque sabe que va a ser bien aconsejado.

Miquel nos contó que disponen de más de 200 referencias y que la primera pregunta que realizan a su cliente es ¿para que necesitas esos zapatos? dice que el tipo de cliente ha cambiado,  en los inicios del negocio las familias compraban calzado para como mínimo un par de años, actualmente los caballeros se rigen por las modas al igual que las señoras, aunque ellos siempre buscan la comodidad, además del estilo.

Ha sido una gran alegría poder entrevistar a uno de los representantes de ese pequeño comercio que continua luchando cada día por permanecer, ellos lo han hecho durante nada mas y nada menos que 70 años, se dice fácil pero estoy convencida de que no lo es.

Calzados Neus Palou es uno de lugares donde sus propietarios dedican tiempo al cliente, donde buscan que vuelva a comprar gracias a su buen hacer, al cariño que ponen en atenderle y donde puedes estar seguro que si no hay lo que buscas te lo dirán claramente.


Esta entrevista me llevó inevitablemente a pensar en todos aquellos lugares de nuestra ciudad que han desaparecido o que están en vías de hacerlo.

Nos hemos despedido a gran velocidad de aquellos lugares familiares, protagonistas de la infancia de una gran cantidad de palmesanos, con ellos se han ido recuerdos y esa dulce seguridad que sentíamos cuando éramos niños.

De los primeros en hacerlo fue Can Frasquet, esa pastelería de toda la vida que se convirtió en un restaurante, y que a estas alturas ya ha pasado por diferentes manos

Le siguió Casa Roca, donde las madres mallorquinas adquirían todos los elementos para el inicio escolar o la fiesta de disfraces de sus hijos. Aún no se sabe muy bien en que se convertirá este espacio hay quien dice que en un Hotel Boutique otros que en un restaurante mas, quien lo sabe....



De los últimos en caer esta el Forn des Teatre, protagonista de miles de fotos turísticas de nuestra ciudad, que desgraciadamente dijo adiós al imaginario colectivo.


Cuando uno se inicia en la ardua tarea de reflexionar miles de preguntas vienen a la cabeza, sin duda en este caso la primera ha sido ¿ y cuál es la causa de tantos cierres? no es fácil decirlo, está claro que la competencia de los grandes almacenes y firmas de gran distribución pueden parecer la primera causa, en mi opinión es una de ellas pero no la principal. Al pequeño comercio y las organizaciones que la aglutinan les falta modernizarse, hacer un estudio exhaustivo de lo que demanda el cliente de hoy, no se puede vivir del pasado o de lo bien que lo hemos hecho antes, es una lucha que comienza cada día que se levanta la cortina y se pone el cartel de abierto, ni tampoco se pueden dar patadas de ahogado probando acciones para las que el público local no está preparado; de la misma forma que no entiendo que ciertos negocios abran en zonas que no son para nada comerciales y que ni siquiera se planteen hacer publicidad o acciones promocionales, tampoco entiendo que nadie se haya puesto a la tarea de analizar, a la tarea de hacer algo tan fácil como un DAFO del comercio de proximidad.

También pienso que es labor de los propietarios de cada tienda, el ser más observadores, saber adaptarse a los nuevos tiempos, aprender a captar a los compradores más jóvenes, buscar su diferenciación, dar al cliente aquello que en un gran almacén no va a encontrar y no hablo de productos, hablo de experiencia, de esa sensación positiva que se lleva consigo cada cliente cuando sale justamente con lo que estaba buscando y habiéndose sentido atendido, cuidado.

Estilólogas y Estilólogos os lo dejo sobre la mesa, seguid reflexionando.....nunca es tarde para mejorar. Hasta prontito¡¡


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