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Mi secreto anti-estrés



Historias, castillo, fantasía, color, encanto, son palabras que bien pueden definir, lugares, personas o sensaciones. Mallorca es uno de los destinos naturales con mayor  embrujo del mediterráneo, reúne sol, playa, naturaleza, montaña, tranquilidad o juerga, seas como seas descubrirás el lugar adecuado para ti en nuestra isla.
 
Y de descubrir se trata. Cuando pienses que lo has visto todo, te aseguro que no es así. Recibí una invitación a visitar un escondido y hermoso lugar enclavado entre el municipio de Calviá y Es Capdellá, entre el mar y la montaña, donde el Puig de Galatzó extiende sus brazos y arropa un edificio digno de cualquier cuento infantil que se precie. Tiene torres altas desde donde Rapunzel podría soltar su cabello, espacios de ensueño donde Cenicienta puede dormir  eternamente e incluso un área donde Maléfica se convertirá en  la mujer más bella del reino.



En su web encontré una frase que describe perfectamente la filosofía:
“Hay lugares que uno simplemente no puede describir. Tampoco comparar. El verdadero lujo reside en la distinción. Lo autóctono, la claridad y el esplendor de la naturaleza han sido desde siempre la fuente que ha otorgado al hombre paz interior y fuerza.”



El Castillo de Son Claret es un santuario rodeado de belleza, de naturaleza, un rincón escondido en la Mallorca profunda, alejado del mundanal ruido, de la estresante vida diaria; aquí consigues alcanzar el equilibrio entre alma y cuerpo. Hay que perderse en sus jardines de estilo morisco, entre los naranjos, jazmines y olivos. 

La grandiosidad de la propiedad de 325 hectáreas permite plantearse pocas salidas al exterior, hay actividades complementarias como rutas de jogging, pista de tenis, paseos en bicicleta, sesiones de arte-terapia rodeados de paisajes espectaculares. Para los más deportistas un entrenador personal propone circuitos adecuados al visitante: yoga, pilates o boxing, todo depende del estado espiritual, emocional o físico de cada uno. Son Claret es un lugar holístico.

Lo esencial es recuperar el equilibrio. Sus responsables aconsejan relajar primero la mente, el espíritu, para después relajar el cuerpo, lo uno sin lo otro no es posible.  
Una vez conseguida la desconexión con el mundo exterior, la visita al hammam árabe, tepidarium, sauna o la piscina cubierta dotada de color terapia es ineludible. 






La piscina posee un jardín interior que renueva de oxígeno el ambiente, sencillamente una renovación celular cien por cien. Los tratamientos de belleza elaborados a base de productos naturales culmina la puesta a punto y en verano puedes recibirlos debajo de los enormes árboles que hay en el jardín, escucharás pajarillos cantar, recibirás la brisa de la naturaleza y quizás un rayito de sol acaricie tu corazón.

Hablando de amor, el cariño y amabilidad se respira en el ambiente, la integración del espíritu de la finca con el personal del hotel es una simbiosis perfecta.

Al estar rodeados de naturaleza, ésta se abre paso y las frutas y verduras que produce la tranquilidad del enclave, también se ven reflejados en su cocina. El Restaurante Zaranda del chef Fernando Pérez Arellano y con una estrella Michelin, ofrece platos como Tarrina de perdiz con repollo, foie gras y trufas negras o el Confit de besugo acompañado de pistacho mmmm solo de pensarlo me deshago. La experiencia no sería completa sin el ambiente, puedes degustar sus platos en el patio histórico de la casa y al aire libre. 

Para aquellos que les gusta pasear y disfrutar de la naturaleza se puede solicitar un pic nic y plantarse en el lugar que más les guste, mejor imposible!
 

Sin duda tengo ganas de hacer una visita más extensa al Castillo de Son Claret, tengo que decir que tan solo trasladarse ahí, consigue dar la sensación de que el mundo se ha detenido, que te bajas en ese instante y no vuelves a subir al carro de la vida hasta que cruzas la enorme portaza que separa la realidad, del placentero lujo del silencio.

Dicen que si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada. En esta ocasión tenía mucho que decir, me fascina el sitio y os recomiendo una visita, pero eso sí, reservad tiempo, porque solo con tiempo y tranquilidad podréis degustarlo con todos sus sabores.




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